Proseguimos en nostalgia 80 inmersos en el mundo del celuloide con una película que pocas o muy pocas personas recuerdan haberla visto, pero si haber oído hablar de ella. ¿Os imagináis un mundo donde las máquinas se revelasen contra los humanos? Pues algo así salió de la cabeza del escritor Stephen King allá por 1986 en “La rebelión de las máquinas”.

Y ahí no quedaba la cosa, en esta película contaba con la producción de uno de los grandes de finales de los 70 y principios de los ochenta, Dino de Laurentiis, productor de películas como Serpico (1974), Flash Gordon (1980) o Conan (1982) entre otras; con Emilio Estévez (hermano de Charlie Sheen) y en el apartado musical contó nada más y nada menos que con la colaboración de AC/DC

Todo comienza cuando un cometa, aparentemente inofensivo, pasa cerca de la Tierra ocasionando que las máquinas comiencen a hacer cosas extrañas. En un principio los problemas son aparentemente insignificantes, pero posteriormente van en aumento. Las gasolineras dejan de funcionar, los videojuegos se descontrolan totalmente, las maquinas de refrescos devuelven el dinero y lanzan los botes de bebida contra los ingenuos compradores y todo se sume en un auténtico caos.

Una de las escenas de la película

Los ataques se van volviendo más peligrosos y será difícil encontrar un lugar seguro y los humanos van sucumbiendo poco a poco, excepto un grupo de ellos que se ve atrapado en una gasolinera rodeada por camiones. ¿Cuánto tiempo tardará en pasar el cometa? ¿Resistirán los humanos esa situación?

La rebelión de las máquinas nos recuerda en cierta forma a varias películas, pareciendo un refrito de estas. Nos recuerda a la curiosa “El diablo sobre ruedas” de los inicios de Steven Spielberg, a los zombies del “Amanecer de los muertos” del genial George A. Romero y a cualquier teleserie de principios de los 80 en cuanto a las explosiones de vehículos.

Como curiosidades destaco el extraño accidente producido durante el rodaje de la película. Una de las cortadoras de césped se descontroló y no respondió a las órdenes del control remoto. Ésta se estrelló contra una de las patas de madera de una cámara haciendo que cientos de astillas salieran disparadas, algunas de las cuales impactaron el rostro del director de fotografía, quien demandó a Stephen King tras haber perdido un ojo. King le pagó 18 millones de dólares por daños y perjuicios y el juicio nunca se llegó a celebrar. Asimismo, Stephen King hace un pequeño papel como lo hiciera Hitchcock en sus películas.

Stephen King (a la izquierda) junto al maestro español Ruíz del Río durante el rodaje

En el rodaje de la película, exactamente en la escena inicial del puente, participó un español que aparece en los créditos finales de la película. Era Emilio Ruíz del Río, quien ha participado en varias películas bajo la batuta de Stephen King y como actor junto a Drew Barrymore.

Y es que la verdad… de poco le valió a King ser el director, o a contar con Dino de Laurentiis o incluso con un de moda Emilio Estévez. En los ochenta se hicieron cosas malas, como esta película. ¿O todo iba a ser bueno en nuestra década favorita?