En 1987 aparecía una película que fue largamente recordada por muchos de los jóvenes que por aquel entonces tuvimos la oportunidad de ir al cine a verla, de cuando el cine era lo más que podías hacer y que estaban llenos de familias, algo que no pasa demasiado en la actualidad, pero bueno, a lo que vamos…

La princesa prometida” nos contaba la historia de un niño que guardando reposo por un catarro, se dedica a pasar el tiempo con videojuegos hasta que un día su abuelo le regala algo verdaderamente especial, un libro.

Un momento muy recordado

El abuelo, como buen abuelo, comienza a leer el libro al pequeño y comienza por la historia de dos jóvenes aldeanos que tienen que separarse cuando Westley, el chico, decide partir para buscar fortuna, pero no sin antes tener la promesa de volver a buscar a su amada Buttercup.

Pasados cinco años y sin tener noticias de Westley, Buttercup recibe una carta donde se le confirma la muerte de su querido novio. Ella, totalmente destrozada, acepta la proposición de matrimonio del malvado príncipe Humperdink.

Y con este inicio comienzan a ocurrir las más disparatadas aventuras de la que formarán parte personajes de lo más dispares como un espadachín español, un gigante muy bruto pero verdaderamente bondadoso, un pirata legendario, un brujo y su bruja e interminables momentos de magia, luchas, venganza y bosques encantados.

Una de las escenas de la película

A medida que el abuelo va leyendo, su nieto se ve más y más inmerso en la historia, lo mismo que sucede al espectador de esta película que engancha de principio a fin y que se pone más interesante cuando se descubre que Westley no está muerto y que luchará con todas sus fuerzas para evitar que su querida Buttercup se case con el maléfico príncipe Humperdink.

¿Qué clase de aventuras esperan a Westley? ¿Llegará a tiempo para evitar la boda?