Hoy en día hay infinidad de opciones de entretenimiento en cuanto a videoconsolas y aunque hay cuatro que son las dominantes en el mercado, poco a poco están apareciendo más. Esto me hizo acordarme del crack o la crisis del videojuego del año 1983, un acontecimiento que marcó la primera mitad de la década de los ochenta en este sector.

La crisis comenzó en junio de 1982, haciendo que muchas compañías fuesen a la quiebra, tanto las que se dedicaban a los ordenadores como a los videojuegos. Uno de los detonantes fue la gran presencia de videojuegos de pésima calidad existentes, muchos de ellos clónicos unos de otros, haciendo que la gente se sintiese engañada por la ausencia de calidad de los juevos y parte de la culpa era de Atari, que no patentó el diseño de sus juegos y por ello, cualquier compañía podía diseñar juegos con total libertad.

La crisis del videojuego afecto al sector durante casi dos años

Todo duró aproximadamente dos años y fue tan importante que algunas de las más importantes compañías se llegaron a plantear si merecía la pena seguir o no en el negocio, aunque esta incertidumbre no duró demasiado, sobre todo por el éxito conseguido por Nintendo con su NES, lanzada en 1985.

En aquel momento había infinidad de videoconsolas que seguro que los gamers más veteranos conocerán como la Atari 2600, Atari 5200, Astrocade Bally, ColecoVision, Coleco Gemini, Fairchild Channel F System II, Magnavox Odyssey, Mattel Intellivision, Sears Tele-Games Systems, Emerson Arcadia 2001, Vectrex y Tandyvision entre alguna otra más. Obviamente con tantas videoconsolas y sus respectivos arsenales de juegos no es de extrañar que la industria sufriese un vuelco.