Hundir la flota

Estamos inmersos en plena temporada de Navidad y cuando muchos niños han recibido los regalos que les ha dejado Papá Noel y sus renos, muchos otros están esperando a que lleguen los Reyes Magos para ver si se han portado bien y les traen los regalos que han pedido.

Echando la vista atrás hoy he recordado un juego que me regalaron que era tan simple que seguramente ese era el secreto de su éxito, Hundir la flota. Se trataba de un juego que se jugaba con una hoja de una libreta cuadriculada y un bolígrafo cada jugador.

Consistía en el dibujo de un tablero de 64 cuadros de 8 x 8 donde se distribuían barcos de diferente tamaño (2, 3, 4 y uno de cinco espacios), tanto en horizontal como en vertical. Era por turnos y se lanzaban disparos diciendo el nombre de una cuadrícula, por ejemplo “A5” si allí había un barco se decía “tocado” y el jugador que disparaba continuaba haciéndolo hasta que hundiese el barco.

Cuando lo hundía, el jugador que perdía el barco decía “tocado y hundido” o simplemente “hundido”. Si se disparaba y no se acertaba, se decía “agua”. Todos los disparos debían ser anotados para no repetir el disparo y perder el turno. Ganaba quien acababa finalmente con los barcos de su enemigo.

Este juego tan exitoso en papel tuvo su versión como juego de mesa gracias a la juguetera MB. En la caja venían una especie de maletines, uno rojo y otro azul, con las cuadrículas hechas y unos agujeros en cada una de ellas.

Sobre estos agujeros se colocaban los barcos y también había pequeños pivotes de colores blancos para indicar el fallo del disparo o los rojos de los aciertos. Hubo una versión posterior donde se incluyeron sonidos, algo que lo hacía más interesante si cabe. ¿Recordáis este juego?