Las películas juveniles en los ochenta tuvieron un gran éxito y no porque solo hubiera jóvenes en aquella época sino porque quizá antes no había tantas formas de entretenimiento como puede haber ahora, aunque siga habiendo cine y desgraciadamente no haya tan buenas películas para adolescentes en cartelera.

Nos vamos al año 1986 a recordar una película basada en el deporte y quizá con una trama un poco trillada, pero que verdaderamente funcionó y se convirtió en una de las películas más populares de aquel año. Y además hay que destacar el papel de dos actores de peso, Gene Hackman y Dennis Hooper entre otros.

Cartel de la película

Seguro que los más cinéfilos ya sabéis de qué película se trata (eso si no habéis leído el título de la entrada) “Hoosiers, más que ídolos”. En esta película conoceremos parte de la vida de Norman Dale, un entrenador de baloncesto que a causa de su accidentado pasado se ve en la tesitura de tener una última oportunidad y se le ofrece un equipo de baloncesto de jóvenes considerados unos verdaderos fracasados.

Norman llega a un pueblo de costumbres muy arraigadas en la América profunda y debido a su peculiar forma de entrenar y a su carácter choca con la forma de pensar de los habitantes del pueblo, lo que provoca el rechazo tanto de jugadores, afición y el resto del lugar. Pero poco a poco y con su tesón y resultados conseguirá ir metiéndose al pueblo en el bolsillo.

Una de las escenas de la película

Con una conducta enérgica y una pasión exagerada por el baloncesto finalmente se consigue hacer con el beneplácito de todo el pueblo pero los diferentes equipos de otras localidades cercanas se lo pondrán difícil a Dale y a sus chicos. Y más aún cuando su segundo entrenador tiene problemas con el alcohol, pero todo cambiará, éste recupera las ganas de volver a ser algo gracias a Dale, quien mantendrá un romance con una habitante del pueblo.

Una película muy recomendable para ver la tarde de un día de fin de semana y que nos mantendrá entretenidos hasta el final, aunque predecible, pero que nos recordará aquella manera tan diferente de hacer películas que se estilaba en los años ochenta.