El mundo del cine, como suele ocurrir en casi todos los aspectos de la vida, cuando algo funciona, no pasa demasiado tiempo en que aparezcan imitaciones y de esas imitaciones vamos a hablar hoy. Se trata de Ghoulies, una película que bebía directamente del éxito propiciado por la película pionera de los monstruitos del cine, Gremlins.

La película llegaba directamente desde Estaods Unidos, estaba dirigida por Luca Bercovici y estaba protagonizada por Peter Liapis, Lisa Pelikan, Michael Des Barres, Jack Nance, Peter Risch y Tamara De Treaux, nombres que nunca han dejado una gran huella en el celuloide aunque pueden ser conocidos en su país, eso sí.

El protagonista de la película, Jonathan Graves, hereda la mansión de su tío, un famoso satanista Malcolm Graves. Para celebrarlo prepara una gran fiesta de inauguración y decide inspirarse en una serie de rituales satánicos para dejar a todo el mundo con la boca abierta, aunque ocurre algo que no se esperan…

Uno de los esperpénticos monstruitos de la película

Sin querer conjura a una horda de pequeños monstruitos llamados Ghoulies, malvados espíritus que intentarán hacer un ritual para sacrificar a todos los presentes en la fiesta para que se abran las puertas del infierno y pueda llegar el mismísimo Diablo a nuestro plano.

Aunque, como dije al inicio de esta entrada, era una copia (en cierta forma) de los Gremlins, llegó a tener un gran éxito en taquilla, más o menos de unos 35 millones de dólares. Los productores no se lo pensaron e hicieron una secuela en 1991, peor que la anterior, después otra en 2003 y otra en 2007, siendo esta última lanzada directamente al mercado del DVD.

Precisamente no es de las películas que recomendaría para pasar un rato entretenido, aunque para gustos… pero ya sabéis, ni en los ochenta ni ahora se hicieron siempre buenas películas.