Muchas veces, como buen nostálgico, echo la vista atrás y recuerdo un montón de cosas que formaron parte de mi infancia y hoy quiero compartir con todos vosotros un libro que aunque fue editado en 1979 por Barco de Vapor, fuimos muchos los que tuvimos la oportunidad de leerlo una y otra vez gracias a su entretenida trama y sus divertidos personajes.

Fray Perico y su Borrico” fue el primer libro que leí y del cual guardo un grato recuerdo y seguro que vosotros, vuestros hermanos o hijos también, dado que este libro no se ha quedado en el olvido sino que ya cuenta con una serie de libros propia donde Fray Perico sigue con sus aventuras y desventuras junto a su burrito.

Fue escrito por Juan Muñoz Martín y ya va por la 45ª edición, algo que se dice rápido pero que tiene que gustar para que sigan pidiéndolo en las librerías y bibliotecas. En este libro nos trasladaremos al siglo XIX donde los veinte frailes de un convento de Salamanca conviven haciendo el bien y repartiendo lo poco que tienen entre las personas más necesitadas, todo ello en un ambiente de paz y tranquilidad.

Portada del libro

Hasta que un buen día aparece Perico, quien quiere ser como los frailes del convento y éstos le acogen de todo corazón aunque poco a poco se van dando cuenta de cómo es este orondo y sonrosado personaje, no sabe leer, ni escribir, ni tampoco sumar o restar, pero esas carencias las suple con su enorme y gran corazón, siempre luchando para hacer el bien para los demás.

Y hasta ahí todo parecía medianamente normal, pero un día a Fray Perico, con su torpeza característica, no se le ocurre que comprar un burro a los gitanos, y aquí es donde comienzan las travesuras inocentes de este noble y bonachón religioso.

Sin duda alguna son muchos los recuerdos que tengo de este libro aunque muchos de ellos son bastante nebulosos, pero si os puedo recomendar que si tenéis a niños pequeños en casa, les hagáis como regalo este libro que realza la humildad y el amor por los demás como premisa y lo hace de una forma divertida y amena.

¡Cuánto echo de menos los tiempos de la E.G.B!