Para la entrada de hoy vamos a recordar uno de los mejores coches del mundo, al menos de aquella época. Se trata del Ferrari F40, un superdeportivo cuya fabricación comenzó en el año 1987 con motivo del 40 aniversario de la fundación de la conocida marca del cavallino rampante.

Podemos decir que es una obra póstuma de Enzo Ferrari, quien muy cerca del final de su vida, con 90 años, pidió a la compañía el desarrollo de un coche que demostrase a todo el mundo la importante capacidad que tenían para hacer coches competitivos y sobre todo para rivalizar contra el famoso Porsche 959.

Así era el aspecto del Ferrari F40

Nicola Materazzi fue el encargado de su desarrollo técnico y la carrocería corrió a cargo de Leonardo Fioravanti, quien trabajaba en aquellos momentos para Pininfarina, otro de los pesos pesados del diseño de automóviles en todo el mundo. El F40 fue realizado con materiales muy ligeros como kevlar, fibra de carvono, aluminio y nomex, con lo que se consigue muy poco peso y una gran robustez

Cuenta con un motor de 8 cilindros en V de gasolina, 2.900cc y 4 válvulas por cilindro. Además cuenta con dos turbocompresores con intercoolers que le dan una potencia de 478 caballos de potencia y a pesar de todos los adelantos no cuenta con ABS, servofreno, sincronización de marchas y no cuenta tampoco con dirección asistida.

Se eliminaron todos los artículos que pudieran dar más peso al coche y a decir verdad, a pesar de tener un gran estilo era un coche verdaderamente espartano. Su producción finalizó en el año 1992 para posteriormente ser lanzada la siguiente serie del F50 en 1995.