Los ochenta estuvieron repletos de productos verdaderamente llamativos que difícilmente tendrían cabida en las grandes salas, posiblemente en la segunda o tercera fila de los pocos vídeoclubs que quedan, pero aún así los auténticos nostálgicos recordamos con cariño aquellas producciones que por aquel entonces nos parecían realmente estupendas.

Recuerdo series de televisión tan entretenidas como Cuentos de la cripta (Tales from the crypt), donde siempre contaban unas cuantas historias, dos o tres, de una forma un poco diferente, donde el misterio, un poco de terror y una moraleja final eran los ingredientes principales.

También mi memoria me llega a esa serie llamada Alfred Hitchckock Presenta, aunque he de reconocer que era mucho más anterior de los ochenta pero que yo recuerdo haber visto en reposición en la Primera Cadena de Televisión Española o incluso aquella serie llamada Misterios sin resolver, lo cierto es que me gustan estos productos televisivos.

Un niño con poderes especiales

Hoy quiero recordar con vosotros una película dirigida por Joe Dante en 1983 que se titulaba En los límites de la realidad y en algún que otro sitio vi que la llamaban Más allá de los límites de la realidad, en fin, fuese como fuese tenía prácticamente la misma fórmula que las dos primeras series con las que comencé esta entrada y tengo que confesar que me gustó mucho.

La película en cuestión estaba formada por cuatro capítulos, el primero nos contaba como un hombre era capaz de cruzar de una dimensión a otra, en el segundo conocíamos a un grupo de ancianos que conocen a un hombre que siempre se estaba riendo y que tenía la capacidad de cumplir con todos los deseos de los abuelos.

El tercero cuenta la historia de un niño que contaba con unos poderes un poco extraños y finalmente el cuarto se centraba en un pasajero de un vuelo que veía como una extraña criatura está destrozando los motores del avión sin que el pasajero pueda hacer nada por evitarlo.

Así eran estas historias, cortas, entretenidas, con un toque de terror, humor y moraleja de las que tanto gustan a mucha gente. ¿La recordáis?