«Estoy aquí para comunicaros que la vida tal como la habéis conocido ha terminado. Más vale que os vayáis al pueblo esta noche a reíros y a hacer el gilipollas, o a restregar vuestras pichitas contra vuestras novias, o a meterla en cualquier agujero, pero sea lo que sea hacedlo porque mañana a las seis de la mañana, vuestros culos serán míos«

Esta era una de las perlas que podemos encontrar en una de las películas más taquilleras de 1986 interpretada por el genial Clint Eastwood, El Sargento de Hierro. Un metraje que no sabría como clasificarlo, si de comedia, bélica o un híbrido entre ambos estilos, aunque verdaderamente, sea del estilo que sea, es una película entretenida y que todos deberíamos ver en alguna ocasión.

Tom Highway, el Sargento de Hierro

En esta ocasión Clint Eastwood interpreta al sargento Tom Highway, quien en el plano personal era un perdedor aficionado al alcohol y que llegó a sacrificar a su esposa, familia, amigos y su reputación por llegar lo más lejos posible en su carrera militar. Highway es un veterano de Vietnam al que le encargan su última misión, instruir a un grupo de novatos para convertirlos en marines.

A priori una historia muy trillada que puede echarnos un poco para atrás a la hora de ver esta película, pero que gracias al buen hacer tanto de Clint como de actores como Mario Van Peebles, hacen que el metraje merezca la pena.

Los jóvenes en un principio son gente sin motivación, viviendo el día a día y con un futuro incierto, lo que podría denominarse el prototipo de una sociedad moderna (por aquel entonces) y la otra cara de la moneda era Highway, quien intenta inculcar unos valores importantes pero que para los jóvenes son cosas inútiles.

Una de las escenas de la película

Película repleta de frases malsonantes que no evitan arrancarnos unas cuantas carcajadas por parte de este violento, arrogante y patriota yanqui como el sargento en cuestión. Y durante toda la película veremos como se salta la cadena de mando y hace lo que le viene en gana pese a lo que le digan. Él es demasiado duro para seguir ninguna norma y ya forma parte de aquellos personajes míticos de los años ochenta que todos nos acordamos en alguna ocasión.

¿Volverías a ver la película?