Seguro que muchos de vosotros recordáis los miles de inventos y productos de lo más esperpéntico si lo vemos desde el año en el que nos encontramos, pero que por aquel entonces eran algo verdaderamente vanguardista y que con el paso de los años se ha convertido en algo ridículo y a la vez en piezas de coleccionista

Recuerdo unos auriculares de diadema con una antena de esas telescópicas que nos permitían ir escuchando la radio en cualquier lugar pero que hacía que en nuestra cabeza pareciese que tuviéramos un casco del espacio o una cabeza robotizada.

Pero si de robots hablo, me vienen a la mente más recuerdos como los populares Transformers, con Optimus Prime y Megatrón y obviamente toooodo el merchandising que con los productos de éxito iban apareciendo en los kioskos y las mejores jugueterías.

Evolución del reloj a robot

Estoy hablando del mítico reloj transformer, algo que tuvo un gran éxito en la década de los ochenta y que fueron miles de niños los que lucieron este singular reloj en sus muñecas. Y el que no lo haya conocido se preguntará… ¿Qué tenía de especial este reloj?

Pues la verdad que nada del otro mundo, porque únicamente daba la hora, no tenía ni cronómetro, algo que se llevaba mucho en los relojes digitales de la época. Lo único que lo diferenciaba era que la pequeña carcasa de plástico que protegía el mecanismo del reloj se podía convertir en un pequeño robot.

Este mini-juguete podía separarse de la pulsera y usarse como pequeño entretenimiento convirtiéndolo en un verdadero robot y pasar un rato haciendo el tonto con él y cuando nos cansábamos volvíamos a montarlo y a colocarlo en nuestra muñeca y a otra cosa mariposa.

Los había de diferentes colores, tamaños y formas, algunos se convertían en un avión, un camión o una verdadera nave espacial o como es el caso de la fotografía, en un pequeño robot de color rojo. ¿Cuál tenías tú?