Para muchos, el juego que vamos a recordar hoy es a día de hoy uno de los productos más nefastos que haya sido concebido por un desarrollador. Se titula “El Golpe” y no tiene nada que ver con aquella fantástica película de Paul Newman, Robert Redford y Robert Shaw, sino que es un arcade, si puede llamarse así, donde tendremos que jugar con algo nunca visto hasta nuestros días, a un Pac-Man con bigote y con tricornio como un guardia civil.

Para tener éxito en este juego de Spectrum debíamos completar diferentes misiones y finalizar con un Golpe de Estado y los famosos fantasmas del juego que tanto nos entretuvo, en este título van armados con metralletas y lucharán por impedir que podamos llegar a tener éxito.

Era un juego programado en Basic, algo no muy común y que tenía un precio de unas 1.800 pesetas, muy caro para 1983 y sobre todo cuando ejecutabas el juego y te dabas cuenta que era verdaderamente malo. Vale, sé que los gráficos por aquel entonces no eran nada del otro mundo, pero los de este título eran horribles.

Este era el aspecto del juego. Terrible ¿no?

Además de la calidad gráfica, el juego tenía unos requisitos especiales, no de máquina sino de jugabilidad, donde sólo podíamos jugar con las letras mayúsculas. Incluso era extremadamente lento, lo que restaba más puntos a este juego que para rizar el rizo cuando los personajes se movían, los sprites eran visibles, algo que no veríamos jamás en juegos un poco más tardíos.

Debíamos ir pasando diferentes fases como la de infiltrarnos en el Congreso, donde tendríamos que esquivar a policías para llegar a la etapa donde teníamos que atrapar a un diputado y el juego se acababa en una tercera fase donde teníamos que tomar tres llaves y abrir un candado como objetivo principal.

Aburrido, malo y caro, también había cosas así en los ochenta.