En la década de los 40 un estudiante, y también inventor, llamado Walter Morrison, ideó un prototipo de plástico de una lata grande de metal determinando que un objeto así pero fabricado con material más liviano podría llegar más lejos.

Con el paso del tiempo patentó el invento con el nombre de Pluto Platter y se lo enseñó a sus amigos Rich Knerr y Arthur Merlin, quienes con su empresa Wham-O, entrarían en el mundo de los juguetes en el año 1957 patentando la marca Frisbee.

Al igual que lo que ocurre cuando algo es nuevo o tiene un gran éxito, se tiende a llamar al objeto por su marca y no por lo que es en sí. Me explico, en muchas ocasiones, cuando la gente quiere decir papel de aluminio (al menos en España) dicen papel Albal, craso error porque Albal es la marca, pero bueno, da igual.

¿Cuántas veceshabéis jugado al Frisbee?

Frisbee es como se conoce a estos discos que también durante la década de los ochenta tuvieron su auge en las playas, prados y demás sitios de ocio y esparcimiento de nuestro país. De este producto se han vendido más de 200 millones de unidades y algunos son casi pieza de coleccionista y hoy en día, en Estados Unidos, hay incluso cursos para saber cuánto impulso y presión dar al disco para tener un buen vuelo.

En ese país hay campeonatos actualmente de FSF o Free Style Frisbee, algo que aunque no se da en España, son muchas las personas que con esto de la moda vintage vuelven a desempolvar estos pequeños tesoros que nos acompañaron sobre todo durante nuestros veranos. Sirva este pequeño post como homenaje a Walter Morrison, quien nos dejaba hace casi un mes, a la edad de 90 años.