Hoy recordamos una anécdota ocurrida a raíz de una película de los ochenta que tuvo un gran éxito y fue visionada una y otra vez, no porque fuera algo del otro mundo sino porque en el metraje aparecía, y nunca mejor dicho, un espectro que finalmente no era nada del otro mundo.

¿Os acordáis de “Tres hombres y un bebé”? Era la versión de un film francés titulado “Tres solteros y un biberón” (sin duda alguna mejor que esta) protagonizada por Ted Danson, el famoso dueño de Cheers, otra de las series de las que ya hablamos en nostalgia80.com y que se caracterizó sobre todo por un supuesto fantasma que aparecía tras una cortina en una de las escenas.

Fotograma donde hace su aparición el supuesto fantasma

Todo comenzó cuando hubo gente que aseguró ver una escopeta escondida en uno de los frames de la película pero tanto comenzó a fijarse la gente que finalmente descubrieron a un niño escondido que parecía asistir con toda atención al rodaje de la película y sin querer entró en plano y quedó grabado.

Esto fue el detonante que hizo que la gente alquilase esta película una y otra vez para ver al niño fantasma. Pero estos rumores distaban mucho de la realidad, no había escopeta y tampoco ningún niño, sino que era el propio Ted Danson, bueno él no, un cartel suyo en miniatura.

Los protagonistas de la comedia

Descuido o no, la verdad es que la jugada les salió redonda y desde la productora no desmintieron ni afirmaron la veracidad de los hechos, lo que les produjo bastantes beneficios. Sin duda una buena estrategia de marketing que quizá ellos mismos fueran los que destaparon este bulo del fantasma de Tres hombres y un bebé.

¿Recordáis esta anécdota?