Poco a poco Carlos fue cediendo la imagen a Alaska y se dedicó principalmente a la composición junto a su compañero Nacho. Su estupendo trabajo hizo que el éxito no tardase en llegar y Alaska y Dinarama se mantuvo como uno de los grupos punteros de España durante muchos años y donde hay que recordar discos como Canciones profanas, del año 1983 y Deseo Carnal, en 1984.

Pero no solamente fueron esos los discos en los que Carlos trabajó y se convirtió en un gran éxito. Años después llegaría el disco No es Pecado, donde se incluía el sencillo A quién le importa, tema exitoso donde los haya y que han versionado infinidad de artistas además de haberse convertido en todo un himno a la tolerancia.

Carlos en su época de Alaska y Dinarama

Pero Carlos era un alma inquieta que no podía estar demasiado tiempo en el mismo sitio y a pesar de que el éxito le acompañó durante mucho tiempo, decidió abandonar la formación a la que tanto había contribuido para iniciar su carrera en solitario.

Lanzó cuatro LPs y entre trabajo y trabajo hacía otra cosa que le apasionó durante toda su vida, la pintura, donde llegó a realizar un buen número de exposiciones. En 2001 publicó su último disco y un año después fallecería dejando un importante y extenso legado de nada menos que 185 canciones.

Así hemos recordado durante estas tres entradas al que pudo ser uno de los artistas españoles más importantes de los últimos años.