Continuo en plena efervescencia ochentera y también en el cine, donde hoy vamos a recordar una comedia juvenil que arrasó por completo en las taquillas de todos los cines e hizo que la cara aniñada de su protagonista apareciese en las carpetas de muchas estudiantes de todo el mundo. Hoy vamos a recordar “De pelo en pecho” o también conocida como “Teen Wolf” como se llamó en su versión americana.

Estaba protagonizada por un joven Michael J. Fox en pleno apogeo, dado que el mismo año de su estreno, 1985, se había estrenado otra de las películas más famosas de este actor y de los años ochenta en cuanto a ciencia ficción, “Regreso al futuro” ¿Os acordáis?

Cartel oficial de la película

De hecho, en la versión italiana de esta película se le cambió el nombre del protagonista, Scott, por Marty, para recordar el gran éxito que tuvo “Regreso al futuro”, que catapultó al estrellato al Michael J. Fox, que por aquel momento tenía 24 años, pero gracias a su físico aniñado conseguía hacernos creer que estaba en la época de instituto.

“De pelo en pecho” es una comedia juvenil que nos cuenta las aventuras de un joven y tímido adolescente donde la pubertad produce en él algo más que un cambio de voz… ¡descubre que es un hombre lobo! Algo que al principio le asustará pero que poco a poco irá dándose cuenta de que puede aprovecharse de todo lo que conlleva ser un licántropo y las ventajas que puede darle sobre los demás chicos del instituto.

Con estos nuevos poderes sobre todos sus compañeros descubre que ha adquirido la agilidad y fuerza de un lobo, algo que le servirá de mucho para ganar un partido de baloncesto de su instituto con su equipo, quienes hasta entonces tenían relegado a Scott a estar en los banquillos.

Scott momentos antes de convertirse en hombre lobo

Ahora todo había cambiado, se había vuelto popular, las animadoras se volvían locas con el y todo el instituto le consideraba el chico más popular ¿Qué más se puede pedir? Todo eso había sido lo fácil, pero lo peor estaba por llegar…

Esta película cuenta con los ingredientes esenciales para pasar un rato entretenido y divertido sin pensar mucho en si la trama es superficial o en los efectos especiales, que todo sea dicho, estaban bastante logrados para 1985. Aquí pudimos ver a un Michael J. Fox en pleno apogeo, un personaje al que todos en alguna ocasión nos hubiera gustado ser partícipes de sus aventuras.