Uno de los programas musicales más recordados de la primera mitad de los años ochenta llegaba de la mano de un verdadero conocedor y amante de la música, Carlos Tena, quien durante los ochenta presentó varios programas musicales, entre ellos ¿Pop qué? y A uan babuluba balam bambu además del que hoy vamos a hablar.

Pero cuando digo que fue de los más recordados no lo digo por su duración, apenas dos programas, sino por el escándalo que se montó, lo que hizo que Carlos Tena abandonase el proyecto.

El programa se llamaba Caja de Ritmos y se emitía en TVE, siendo estrenado el 9 de abril de 1983 y cancelado el día 16. Era un programa que tenía un coste de producción de 1.200.000 pesetas por cada uno y del cual hubo algunos que se quedaron en el tintero y no se llegaron a emitir como el de Almodóvar y McNamara, Siniestro Total o el de Parálisis Permanente entre otros.

Las Vulpes en plena actuación

Pero… ¿qué pasó para que TVE cancelase este espacio musical? Pues tras el primer programa Carlos Tena invitó al grupo vasco Las Vulpes y éstas cantaron un conocido tema titulado Me gusta ser una zorra, lo que hizo que desde la Fiscalía General del Estado se interpusiese una querella por supuesto delito de escándalo público no contra el programa sino contra Tena, director y presentador del mismo.

Según las propias palabras de Tena, aparecidas en la prensa: “Yo reivindico el derecho a informar y no a poner canciones erótico-festivas. Agradezco la defensa que se hizo por parte de la dirección de TVE, pero esta empresa parece que tiene ahora muy claro lo que no debe salir, y eso es hacerle el juego a los que se escandalizaron por el espacio de Las Vulpes. Se dice que se emitió en horario infantil y juvenil. Eso es absurdo”.

El Ministerio del Interior, por ejemplo, prohíbe la asistencia de menores de catorce años a las corridas. Si es así, ¿por qué el día 23 se levantó nuestro programa y se emitió, en su lugar, una corrida?. En fin, creo que TVE y el Consejo deben establecer unas normas. Los profesionales tenemos que saber a qué atenernos, qué es lo que puede y no puede, por ejemplo, salir en pantalla. Espero que reflexionen y que los del PSOE no se bajen los pantalones cada vez que se oyen ruidos de rosarios o de botas”.

Así fue la corta trayectoria de este polémico programa.