CEFA (Celulosas Fabril) la gran juguetera española tuvo durante los años ochenta un juego (uno de tantos) que era un verdadero peligro si no se seguían unas mínimas recomendaciones de seguridad. Era el Quimicefa, un juego educativo que acercaba a los jóvenes de por aquel entonces el fantástico mundo de la química.

El juego tuvo cierto éxito hasta que fue retirado en el año 1989 tras los resultados que había dado, no solo en lo económico sino también en el plano de la seguridad, dado que hubo varios heridos de consideración a causa de este juego. Aunque claro, en los ochenta también las pinturas tenían plomo, las pilas eran peligrosas, los columpios de hierro y muchos de ellos oxidados y un largo etcétera, pero aquí estamos, vivitos y coleando.

Según el informe pericial que se llevó a cabo tras varios accidentes de niños que andaban haciendo de profesor loco con este juego, se declaró que Quimicefa no cumplía con la normativa europea en casi todos los apartados ni las leyes sobre seguridad en juguetes dado que los tubos de ensayo eran menos resistente al fuego que los legales ni tampoco tenían gafas protectoras por lo que pudiera pasar.

Interior de una caja de Quimicefa en una de sus diferentes ediciones

En el informe aparecía un texto donde se citaba que el juego contenía sustancias peligrosas si se mezclan con otras que también contenía el juego como por ejemplo las disoluciones acuosas de bisulfato sódico, las cuales tienen un Ph ácido que al mezclarse con metales como el zinc o el hierro desprendían hidrógeno.

Lo mismo ocurría con las disoluciones acuosas de sales de calcio y zinc en polvo, lo que puede ocasionar reacciones violentas. Pues así fue como con este panorama y varios niños accidentados CEFA daba carpetazo al Quimicefa en 1989 y se dedicaría a otros entretenimientos menos peligrosos.