Arrancamos esta segunda entrada dedicada a la desaparecida Dama de Hierro, una mujer que durante gran parte de su mandato se empeñó en reducir el poder de los sindicatos. Algunos de los más potentes sindicatos iniciaron huelgas, especialmente el de la minería en los ochenta, pero Thatcher ordenó el incremento de las reservas de carbón, por lo que finalmente no hubo cortes de suministro eléctrico como tenían pensado los sindicalistas.

La policía realizó una gran represión contra los mineros, quienes estuvieron de huelga nada menos que un año durante 1984 y 1985, pero con el paso del tiempo muchos de ellos regresaron a sus puestos de trabajo y los sindicatos se vieron obligados a desconvocar la huelga y se convirtió en un auténtico fracaso además de demostrar que los sindicatos con más poder habían perdido la capacidad de poder tumbar a un gobierno.

En el año 1983 el gobierno vendió la mayor parte de los servicios públicos, los cuales habían estado en sus manos desde finales de los años 40 y esta tendencia de privatizar todo se ganó el sinónimo de thatcherismo. Thatcher también destaca por el apoyo que brindó al también desaparecido Ronald Reagan en su política contra la Unión Soviética y permitió que las fuerzas armadas de Estados Unidos colocasen misiles nucleares en bases británicas. Tiempo después fue el primer mandatario de Occidente en recibir al líder soviético Mikhail Gorbachov.

Una de sus últimas imágenes

Llegado el año 1989 la popularidad de su primera ministra cayó a causa de las altas tasas de interés que tenía la economía de Gran Bretaña, impuestas por el gobierno para disminuir el auge económico. Ya a finales de los ochenta Margaret Thatcher se preocupó por el deterioro medioambiental, algo que el Gobierno no había cuidado hasta entonces y en 1988 aceptó los problemas provenientes del calentamiento global, el ozono y la lluvia ácida.

Estos fueron algunos de los grandes hechos que marcaron la carrera de esta recordada política que gobernó con puño de hierro Gran Bretaña desde 1979 hasta 1990.